sábado, 12 de octubre de 2013

El primero de todos

Al cumplir mi hija Vega dos años ya habíamos acumulado por casa una buena cantidad de baberos, algunos muy acertados y otros sin apenas utilizar, cada uno había tenido su momento y su lugar, pero seguíamos usando babero cuando comía. 

Quizás empezó muy pronto en el manejo de la cuchara y se enfadaba si le quería dar yo de comer, así que me dedique a observar y básicamente a arreglar el estropicio, porque las cucharadas volaban y aterrizaban en cualquier lado, poco a poco ha perfeccionado el manejo.


Los baberos que mejor nos funcionan son con recogemigas y así algo le quitamos al suelo o a sus piernas y mis preferidos son los de material plástico, aunque los de tela van muy bien para líquidos y siempre tenemos uno a mano, pero lo utilizamos menos.

Tras comprar varios baberos de plástico y ver como desaparecían los dibujos con el uso, el plástico se deterioraba, incluso en algunos el dibujo se quedaba pegajoso (todo por usar la bayeta mojada para limpiarlos), me canse de comprar baberos, así que me decidí a hacer uno yo, a medida, porque ya se le iban quedando pequeños. Para que no desapareciesen los dibujos y nos quedásemos con un par de dinosaurios sin cabeza o un Mickey sin orejas pensé hacerlo de hule, resistente y practico.


Y aquí esta el resultado: 




No hay comentarios:

Publicar un comentario